El diagrama de Gantt. Es una de esas herramientas con la que te gustaría no vivir, pero no puedes vivir sin ella
Cuando hablamos de planificación y visualización de procesos, siempre acaba apareciendo nuestro amigo el diagrama de Gantt.
El hecho es que el diagrama de Gantt te permite visualizar mucha información: el proceso, los recursos y personas asignadas, los responsables, las dependencias, los cuellos de botella, los caminos críticos, las sobrecargas de trabajo, el calendario, etc
Pero hay que llevar cuidado. Las planificaciones están hechas para cumplirlas pero no debemos obviar lo que pasa a nuestro alrededor.
Tener un plan no debe evitar ser susceptibles a nuestro entorno, buscar alternativas y modificarlo para llegar a los objetivos agregando más valor.
Me he encontrado muchas veces que se invierte más tiempo en forzar el seguir un plan, o a actualizarlo continuamente, que a facilitar que el equipo produzca de manera fluida.
Tener un plan es importante. Ejecutarlo y realizar un control sobre su evolución también. Pero no podemos olvidar que quien realmente hace que se cumpla ese plan son las personas que lo realizan. Son los profesionales los que acabarán realizando las tareas para la construcción de nuestro proyecto.
Es por ello que el plan no debe obcecarnos. Hacer que las personas se ciñan al plan en cualquier circunstancia constriñe la planificación y no nos aporta valor.